martes, 26 de marzo de 2013

StOp crying your heart Out..

Hoy hablaba con mi amigo F. sobre el problema de las relaciones después de los 20 años. Casi que me animo a extenderlo a todas las edades, pero eso me llevaría a aclarar ciertos ajustes temporales en los que no me quiero centrar.
De lo que hablamos fue de las relaciones en ese período de tiempo constituído entre los 20 y el fin de la carrera. En esta etapa uno se comienza a definir como individuo, es cuando empezás a proyectar sobre tu vida y a afirmar lo que querés. Todos tenemos esa etapa experimental de just sex... pero tarde o temprano termina surgiendo la pregunta que todos en algún punto de nuestra vida nos hicimos: "¿A dónde vamos?" y acá nos hacemos los chancheros, los "open-minded" y decimos: "no necesito títulos ni nombres" y el típico "dejemos que se dé".
Me detengo en el segundo caso. Dejar que las cosas se den está perfecto, es lo mas lógico que uno puede hacer, el problema viene cuado decís "que se dé" y en un interior hay una lucha a muerte por que no se dé nada, por miedo, cagaso, irresponsabilidad, como lo quieran llamar.
Y a los que se hacen los "open-minded" les digo una gran verdad: Esa mente abierta de la que estamos tan orgullosos en algún punto de nuestra vida, nos la metemos el orto el día que nos importa alguien, porque te carcomés el cerebro pensando si a la otra persona le importás o si simplemente está pasando su tiempo.

En mi caso particular mi "open-minded" es más bien un encubrimiento, o mejor dicho, un mal intento de encubrir mi miedo al compromiso fallido y por supuesto mi total falta de ovarios a la hora de poner las cartas sobre la mesa. Odio la exposición. Odio ponerme en evidencia. Odio darle la certeza al otro que me importa. Estoy particularmente cansada de invertir sentimientos, tiempo y sexo en personas que no lo valoran. -lo del sexo es mentira, a todos nos gusta el morbo del sexo sin amor-
Yo, particularmente invertí años de mi vida en una historia re linda, digna de una novela o una peli a lo "Diario de una pasión" que, en realidad, para novela le faltaba el contenido y para peli estaba más para una porno que para "P.S I love you".

La "mente abierta" y el "lo que pinte" son una forma de vida, que te terminan llevando a invertir en una empresa fantasma que no existe y con el inminente destino de la bancarota.
Si querés estar con alguien, lo decís. Si alguien quiere estar con vos, invierte.
Mi amigo F. apostó mil veces y perdió, yo no apuesto nunca en la mesa; siempre miro el juego sin jugar ninguna carta; nunca pierdo, pero nunca gano. Con éL nunca gané y aunque nunca perdí una batalla, hoy me estoy retirando de la guerra y somos historia.

El consejo de F. es "no pierdas el tiempo; querés, invertí. Querés más pedí." y en fin, nadie se merece tener que adivinar lo que queremos. Somos grandes, ya sabemos a dónde queremos ir pero no siempre lo aceptamos. Yo hoy lo acepto, me hago la boluda y después me quejo.
¡Viva la adolescencia!.